18 de Julio 1360, Montevideo
Del 6 al 27 de noviembre
De lunes a viernes de 10 a 16 h
El sueño, el crecimiento y el círculo, son los elementos que van estructurando este riquísimo juego de elementos visuales cargados de valores dicentes, ya nítidos, ya herméticos. Crecer, elemento conceptual de la muestra, como si la autora se ubicara protagónicamente en diferentes estadios de su evolución, y reviviera la monarquía infantil que alcanza la libertad expresa del volar. La ensoñación de la pubertad introduce a los personajes en el ámbito de inquietantes y sordas perversiones, un mundo a punto de eclosionar, espera crisalisado, envuelto en ropajes rojos o blancos, intentando diferentes rituales de pasaje: la copa de vino, con sus transparencias y seducciones, el círculo de máscaras y la pregunta: ¿quién es, cuál es la que debo usar? Todo este mundo sobrevuela la vida con las grandes preguntas y ausencia de respuestas, solo el tiempo hará posible que los vacíos se colmen con naturalidad o con lucha. Hoy la autora continúa preguntándose frente a sí misma, frente al agua que fluye. Con un poderoso vestido amarillo, el personaje más mítico, la mujer frente a la corriente natural de un río, acciona el proceso de nacimiento, vida y muerte en el ambiguo ámbito del agua. La bendición del bautismo, la mujer atreviéndose a la líquida sensualidad, una Ofelia de poético final bien pueden ser fragmentos de un mismo ser.
Enrique Badaró
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